El llamado «pacto del silencio»[1] (o «pacto de olvido»)[2] designa el acuerdo informal consensuado en España por los partidos de izquierdas y derechas[3] para evitar lidiar con el legado de la guerra civil española y de la dictadura franquista después de la muerte en 1975 de Francisco Franco. Este pacto fue un intento de dejar atrás el pasado y concentrarse en el futuro.[4] Como ha destacado Ismael Saz, «se trataba de "olvidar" un pasado para construir un futuro en paz y democracia».[5] El «pacto del olvido» recibió una base legal en la Ley de Amnistía de 1977, que había sido precedida por una amnistía parcial en 1976.
El pacto sostuvo la transición a la democracia de la década de 1970 y aseguró que las cuestiones difíciles sobre el pasado reciente fueran suprimidas por temor a poner en peligro la reconciliación nacional y la restauración de las libertades. Las responsabilidades por la Guerra Civil, y por la represión que siguió, no debían recaer en ningún grupo social o político en particular. En la práctica, esto presuponía suprimir recuerdos dolorosos derivados de la división de la población posterior a la guerra civil en vencedores y vencidos.[6]
Muchos historiadores coinciden en que el «pacto del olvido» cumplió un propósito en el momento de la transición,[7][8][9] aunque otros lo ponen en duda.[10][11] Por su parte, el hispanista Paul Preston considera que Franco tuvo tiempo de imponer su propia versión de la historia, lo que todavía impide que la España contemporánea «mire a su pasado violento reciente de una manera abierta y honesta».[12] También se han estudiado las motivaciones y consecuencias de este pacto en términos de clase y explotación.[13]
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